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Hoy tenemos una entrada de esas que a uno le gusta escribir. Realmente no trata sobre videojuegos, ni sobre paternidad. Según lo veas igual es de esas entradas que en principio no tendrían cabida en un blog como este, pero que sinceramente es con las que más he disfrutado.
Y es que quiero que esta entrada sea mi pequeño homenaje a todos esos coleccionistas de máquinas arcades y videojuegos en general que se dedican, perdiendo parte de su pratimonio a recuperar, restaurar y dar una nueva vida a lo que en su tiempo fue algo tan importante en la vida de muchos de nosotros. Y lo queremos hacer a través de la increíble historia del DUKE OF LANCASTER
¿Que era el Duke of Lancaster?
El Duke of Lancaster fue construido en Belfast, y operó como ferry de mercancías, pasajeros y crucero entre 1956 y 1979, atravesando los mares desde Irlanda, Escocia y toda Europa.
Fue uno de los últimos barcos de vapor de pasajeros construidos en Europa, y fue destinado para operar bajo la gestión de la empresa British Rail.
El Duke estaba equipado con un lujo relativo para su época, y podríamos considerarlo como un “Gama Media / alta” para los cruceros de la época. En estas fotografías se pueden ver como era su interior cuando el barco estaba a pleno rendimiento.
Una nueva vida para el Duque
A partir de 1970, el Duke of Lancaster se modifico para convertirse barco industrial, donde su principal cometido era el transporte de mercancías y con una de sus cubiertas adaptadas para transportar vehículos.
El último viaje del Duke of Lancaster fue en 1978, y un año mas tarde, fue vendido a una empresa con sede en Liverpool, cuya intención era reabrir sus puertas como una atracción de centro de ocio en dique seco.
Y así fue: El Duke llegó a su lugar de descanso final en Llanerch-y-Mor, al norte de Gales, en agosto de 1979 para comenzar su nueva etapa como centro de ocio. Aquí hay un folleto original de “The Fun Ship”, como se conocio al Duke of Lancaster en su nueva vida
Con la intención de convertirlo en hotel (cosa que nunca ocurrió) y equipado con varias zonas de juegos y atracciones, que cubria toda la cubierta que años atrás fue ocupada por vehiculos y mercancias.
El Fun Ship se convirtió en poco tiempo en una atracción turística muy popular en a zona, creando mucho empleo en y trayendo riqueza a los locales y vecinos de la zona.
Olvidado y abandonado a su suerte
Pero la diversión no iba a durar mucho. Una lucha legal muy complicada y tensa comenzó con el ayuntamiento de Llanerch-y-Mor que temía que su presencia fuera perjudicial para las empresas locales.
Su vida como zona recreativa fue relativamente breve y se vio obligado a cerrar por motivos un poco dudosos ya que alegaron que, ya que el acceso al barco es a través de un puente debajo de la línea de ferrocarril del norte de Gales, era demasiado bajo para los vehículos de emergencia. Un tecnicismo que los propietarios disputaron durante toda la batalla, aunque sin éxito y finalmente el Duke cerro sus escotillas en 1983.
Esto supuso que todo lo que había dentro del barco quedara sellado y guardado como si de una capsula del tiempo se tratara. Entre ellas más de 50 máquinas arcade de la era dorada de los salones recreativos, quedarían selladas dentro de la nave.
Con el tiempo, el barco abandonado comenzó a oxidarse y quedó en gran parte olvidado, conocido solo por los lugareños como el barco varado en la costa. Nadie fue allí, a nadie le importó.



El Principio del un difícil rescate
Fue en el año 2009, mas de 35 años después cuando una comunidad de exploradores urbanos organizada a través del foro 28dayslater accedió a esta cápsula del tiempo y descubrieron maravillados lo que el barco guardaba en su interior. Mas de 50 máquinas recreativas arcade anteriores a los años 80. Entre algunos clásicos, como Space Invaders, Atari Asteroids o máquinas de Pinball, también había algunas rarezas como Gypsy Juggler o Atari Splash. Las máquinas estaban en aparente buen estado de conservación, sin embargo el agua estaba comenzando a acceder al interior de la sala, poniendo en peligro a tal preciado tesoro.
Las imágenes que tomaron en el interior , llegaron a Oliver Moazzezi, el héroe de esta historia y uno de los coleccionistas de juegos de arcade más destacados en el Reino Unido, que empieza una verdadera batalla con los propietarios del barco para poder sacar de dentro todas las maquinas recreativas que contenía. Mas de 8 meses tratando de contactar a los dueños, llamadas y visitas al Ayuntamiento de Llanerch-y-Mor y a cualquier lugar relacionado con el barco, con la única intención que le dieran alguna información sobre que posibilidades tenia para poder acceder al interior del Duke de Lancaster.
Febrero de 2011 cuando Oliver y otros 2 coleccionistas consiguieron acceder al interior del barco y, como imaginaron, quedaron sorprendido con lo que encontraron en su interior, aunque allí no acabo su odisea para hacerse con el “botín” que escondía el Duke de Lancaster
Y es que fueron mas de ocho meses de idas y venida y negociaciones con los propietarios que no estaban muy por la labor y que solo ofrecían ofertas de venta desorbitadas.
Cuando Todo Parecía Perdido
Cuando pensaban que las maquinas acabarían perdiéndose en el olvido, Oliver recibió una llamada de los propietarios con mas predisposición para la venta de las maquinas, aunque no fue hasta cuatro meses después cuando acordarían un precio.
Se organizó una nueva visita previa a la incursión para comprobar que los juegos todavía estaban allí. Pero lo que se encontraron no fue un espectáculo agradable.
El agua había entrado en el barco. Desde su última visita, la gente había estado robando los marcos de bronce de las ventanas del exterior del barco para venderlos como chatarra, lo que provoco que el agua de entrara en el lugar donde estaban las maquinas por primera vez desde que el barco estuviera en su localización.
Lo que estaba claro era que Oliver y su equipo tendrían que actuar rápidamente para salvar el preciado contenido del barco.
El vendedor les dio a los compradores solo 10 días para sacar las recreativas del barco, debido a las inminentes obras de mantenimiento que debían realizarse a bordo, dejando claro que una vez que comenzara este trabajo, los juegos desaparecerían. Si los chicos querían los juegos, tenían que venir a buscarlos pronto.
Los problemas no se habían terminado
La única forma en que las máquinas recreativas podían retirarse del barco era a través de la cubierta exterior, y dada la altura de eso, se tendría que usar una grúa de gran tamaño completo. Lo que se suponía que iba a ser un asunto fácil se estaba convirtiendo en una pesadilla logística. Pero los compradores estaban decididos a no perder las maquinas.
Finalmente fue el 4 de febrero de 2012 cuando Alrededor de 15 coleccionistas de toda Europa “desembarco” en esta pequeña localidad del noroeste de Gales para rescatar este tesoro de la cultura del videojuego de los años 80’s
Poco a poco, el duque desveló sus secretos: Una vez en tierra, las maquinas se organizaron y clasificaron una por una.
Se salvaron más de 50 máquinas recreativas clásicas, y el equipo llevó a cabo lo que se considera la incursión arcade más audaz jamás realizada. En este vídeo puedes ver como fue la operación de rescate de las maquinas.
Estos juegos están ahora en manos seguras de coleccionistas de toda Europa y están en proceso de reparación y restauración, lo que es en esencia el esencia del proteccionismo. Encontrar, rescatar y restaurar
¿En cuanto al propio duque de Lancaster? Bueno, todavía está ahí y su futuro inmediato sigue siendo incierto.
Se habla de convertirla en la galería de arte al aire libre más grande del mundo, aunque de momento, sirve como lienzo para artistas callejeros y grafiteros reconocidos que plasman en su casco algunas de sus obras, donde podemos ver el primer capitán que dirigió el Duke de Lancaster



Pues esta es la historia del Duke de Lancaster, un barco que escondía una historia que, si no conocías como me ocurría a mi, te habrá entusiasmado y que pone en valor el trabajo de todos los coleccionistas y restauradores retro, que no solo devuelven a la vida este tipo de artículos, si no que también conservan en la memoria de muchos aquellos tiempos de recreativas y videojuegos.


Mi nombre es Jose y solo soy un niño aficionado a los videojuegos que ha crecido más allá del Nivel 40 de la vida y ahora, sin tiempo para jugar, se preocupa por lo que juegan sus hijos e intenta jugar a lo que puede.